La Corte Suprema de EE.UU. abre la puerta al perfilamiento racial en redadas migratorias

Esta semana, la Corte Suprema de Estados Unidos emitió una decisión que despeja el camino para el uso del perfilamiento racial en redadas y operativos de inmigración.

La medida podría permitir que la administración Trump amplíe rápidamente las prácticas discriminatorias de ICE que, durante meses, han sembrado terror en familias, centros de trabajo y comunidades en todo el país. Ahora, gracias al fallo de la Corte Suprema, es aún más probable que estas redadas alcancen también a ciudadanos estadounidenses y personas con estatus migratorio legal.

En una votación de 6-3 en el caso Vásquez Perdomo v. Noem, el máximo tribunal aceptó una petición de emergencia de la administración Trump y suspendió temporalmente la orden de un juez de Los Ángeles que prohibía a las llamadas “patrullas itinerantes” detener a personas en las calles de California para interrogarlas con base en su apariencia, el idioma que hablan, el trabajo que realizan o incluso el lugar donde se encuentren. 

El lunes, la Corte Suprema emitió una orden breve y sin firma que revierte esas decisiones. Los agentes migratorios reciben la luz verde para detener a cualquier persona que sospechen de estar indocumentada, incluso si la raza es un motivo central de la detención. Esto avala que ICE y la Patrulla Fronteriza apunten a latinos que hablen español o trabajen en empleos de bajos ingresos.

Aunque la orden no constituye un fallo definitivo, envía una señal contundente de que la Corte Suprema no está dispuesta a mantener límites constitucionales estrictos sobre la autoridad de los agentes migratorios para detener e interrogar a personas sospechosas de ser inmigrantes.

Con la administración Trump intensificando redadas en otras ciudades como Chicago, se espera que los agentes federales se sientan envalentonados por esta decisión. Ya surgen preocupaciones de que ciudadanos estadounidenses e inmigrantes con estatus legal sean detenidos e interrogados únicamente por su raza. Con ICE nuevamente autorizado para focalizarse en la comunidad latina, es más urgente que nunca que la sociedad estadounidense se pronuncie, alce la voz y deje claro que este no es el país en el que queremos vivir.

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