Las autoridades de Carolina del Norte han aprobado importantes aumentos en las primas de los seguros de salud del Affordable Care Act (ACA), dejando a muchos residentes con un inesperado “choque de etiquetas”. Estos incrementos aplican antes de los subsidios federales, que actualmente están en el centro de un estancamiento político a nivel nacional.
En un contexto de cambios profundos en el sistema de salud, desde recortes a Medicaid y cambios en la cobertura hasta el aumento de costos para empleados estatales, los habitantes del estado enfrentarán nuevos gastos significativos. Más de un millón de personas que compran cobertura a través del mercado del ACA, incluidos agricultores, pequeños empresarios y quienes no cuentan con seguro patrocinado por su empleador, verán cómo sus primas suben de manera considerable el próximo año.
El Departamento de Seguros del estado revisa y aprueba las tarifas, aunque no las fija directamente. Los aumentos aprobados para 2026 van desde alrededor del 12% hasta más del 36% antes de aplicar subsidios. Mientras tanto, un conflicto político sobre los subsidios federales mejorados, que ayudan a reducir los gastos para muchos, sigue sin resolverse, con demócratas presionando por su extensión y republicanos buscando un proyecto de ley sin esos beneficios.
Expertos advierten que estas subidas podrían generar un efecto dominó: algunas personas podrían abandonar su cobertura porque se vuelve inasequible, y otros podrían enfrentarse a incrementos aún mayores si los subsidios expiraran. Las aseguradoras citan diversos factores para justificar los aumentos, como la posible expiración de créditos fiscales, tarifas de medicamentos, equipos médicos y costos hospitalarios más altos, así como cambios en las redes de atención y un uso más intensivo de los servicios de salud.
Estos cambios no son solo números en un papel: los residentes de Carolina del Norte comenzarán a sentir el impacto real de estos aumentos a partir de enero 2026, cuando las nuevas primas entren en vigor. Para muchos, esto significará pagar más por su cobertura de salud y enfrentarse a decisiones difíciles sobre cómo mantenerla, mientras que la incertidumbre sobre los subsidios federales sigue sin resolverse.



