A retired NC English teacher on the auspicious up-side of book bans

By: Betty Webb

This Letter to the Editor originally published at The News & Observer.

As a retired English teacher I know that censorship fosters reading. If a teacher even whispers (slyly) that a book has been banned, you can count on a library stampede. Unfortunately, students in search of shocking material are likely to be disappointed since nothing in any N.C. school library can compete with the violence and vulgarity they have ready access to on social media.

But in reading a censored book students just might have the kind of deep, magical learning experience reading uniquely provides. Such experiences can make students lifelong readers, ensuring they’ll be lifelong learners. So may the censors keep at it. They’ll increase book sales and library circulation stats.

I am halfway through Gender Queer and am loving it, I would never have found it were it not for the condemnation of the censors. Have I been shocked? Indeed I have not. Have I learned something valuable? Indeed I have. Do I wish I had read it in middle school? Indeed I do.

Share:

More Posts

La Guerra Contra DACA: Que le va pasar al programa que protege a los Dreamers?

La administración de Trump aconsejó a los beneficiarios de la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA) que se auto-deporten y advirtió que no están automáticamente protegidos contra la deportación. Trump prometió llevar a cabo el mayor esfuerzo de deportación masiva en la historia de EE. UU. durante su campaña, y rápidamente tomó medidas para aumentar la aplicación de las leyes migratorias tras su regreso a la Casa Blanca. Sin embargo, ha enviado señales contradictorias sobre DACA.

La mayoría de los adultos en EE. UU. están estresados por el costo de las compras

Aproximadamente la mitad de los estadounidenses afirma que el costo de los comestibles es una fuente de estrés “importante” en sus vidas en este momento, mientras que el 33 % lo considera una fuente de estrés “menor”, según el sondeo del Centro de Investigación NORC‑AP (The Associated Press‑NORC Center for Public Affairs Research). Solo el 14 % declara que no es una fuente de estrés, lo que subraya la ansiedad generalizada que la mayoría de los estadounidenses continúa sintiendo por el costo de los productos de consumo diario.