Cómo las redadas migratorias podrían afectar la fuerza laboral en Carolina del Norte

Las redadas migratorias en lugares de trabajo están generando temor e incertidumbre en sectores clave de Carolina del Norte que dependen de trabajadores migrantes, como la agricultura, la construcción, la hotelería y otros servicios. El estado se apoya fuertemente en esta mano de obra para actividades como la cosecha de batatas y árboles de Navidad, la cría de cerdos, y la operación de restaurantes y hoteles. Cualquier interrupción en ese flujo laboral podría tener un impacto económico significativo.

Los inmigrantes representan alrededor del 11% de la fuerza laboral del estado. En algunos sectores, como la construcción y la agricultura, la proporción es aún mayor. La intensificación de la política migratoria federal, que ha aumentado los operativos y detenciones, está generando incertidumbre, incluso en granjas que emplean a trabajadores con visas temporales como el programa H-2A.

Una de esas granjas, Whitaker Farms en el condado de Randolph, depende de trabajadores migrantes, muchos de los cuales han estado allí por décadas. Aunque actualmente operan dentro del marco legal, las dudas sobre el futuro del programa de visas y la dificultad de encontrar trabajadores estadounidenses dispuestos a hacer este tipo de trabajo aumentan la preocupación entre empleadores del sector agrícola.

Además de la agricultura, sectores como la manufactura, los servicios de limpieza y la hospitalidad también enfrentan desafíos para contratar personal, lo que podría agravarse si continúan las redadas. A pesar de que en Carolina del Norte las redadas masivas han sido limitadas, incidentes recientes han puesto en alerta a empleadores en todo el estado.

En términos generales, los expertos coinciden en que la inmigración contribuye al crecimiento económico del estado, y que reducir la participación de estos trabajadores podría afectar seriamente su competitividad.

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